Cruzando la línea que separa la alquimia de la química mayo 20, 2009
Posted by Manuel in ciencia, escepticismo, humor, pseudociencia.Tags: alquimia, química
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¿Qué has convertido plomo en oro?. Estupendo. Hazlo de nuevo, escribe una publicación describiendo cuidadosamente cómo se hace y mándalo a una publicación que tenga sistema de revisión por pares.
Visto en: http://ircamera.as.arizona.edu/NatSci102/NatSci102/text/extkepler.htm
Pruebas directas y pruebas indirectas mayo 20, 2009
Posted by Manuel in astronomia, biologia, ciencia, creacionismo, diseño inteligente, divulgación científica, educación, escepticismo, evolucion, geología, origen de la vida, paleontología, pseudociencia.Tags: falacias, método científico
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Hoy voy a tratar en este artículo otra de las estrategias empleadas por los pseudocientíficos para dudar de la ciencia, que también es usada por los creacionistas para desacreditar la evolución.
Ésta consiste en afirmar que sólo aquello que es observable de forma directa, o bien aquello que alguien ha observado por él mismo y lo ha dejado escrito, tiene validez como conocimiento. Con ello pretenden eliminar todo lo que conocemos con anterioridad a la existencia del hombre, así como dar validez a la Biblia como único documento válido para conocer nuestro pasado.
Para ello ponen en duda métodos indirectos para conocer la edad de la Tierra, la medición de la velocidad de la luz, la composición química del planeta en el pasado, etc. Estos datos los conocemos gracias a tecnologías que implican el cálculo de la desintegración radiactiva, estudio de la composición química de las rocas en diferentes estratos, medición de radiaciones del espacio, análisis del movimiento de partículas subatómicas en aceleradores de electrones….
Otro ejemplo es su constante ataque a la evolución diciendo que si ésta existe deberíamos ver como una célula procariota pasa a eucariota o como un primate se transforma en humano. A mí también me gustaría ver nacer de nuevo a Gandhi, pero porque no lo haga no dudo de que existió. Bromas aparte, la evolución se sustenta por evidencias experimentales indirectas como la biología molecular, la estratigrafía, la geología, la paleonteología, la taxonomía, la filogenia, la biogeografía….. Pero claro, para ellos sólo vale su cacareado “no había nadie allí para saberlo”.
Yo a estos iluminados les preguntaría si pueden tener respuestas categóricas a preguntas tan triviales como:
1.¿Tienen corazón?, ¿cómo lo saben?. La prueba directa sería abrirse el pecho y comprobar que está ahí. La auscultación, las ecografías, radiografías, cateterismos… son pruebas indirectas. ¿Dudan de la ciencia en esto?. Si una ecografía muestra una pequeña malformación de una válvula, sin importancia, obligan al cirujano a que abra para examinar la válvula con sus ojos. Si el electrocardiograma no muestra alteraciones, ¿vuelven a casa tranquilos o insisten en observar latir al corazón en sus manos?
2. Cuando una mujer está embarazada, cómo sabe que es el feto de un bebé lo que se está desarrollando. De nuevo una prueba directa sería una cesárea, pero no creo que nadie en su sano juicio use esa técnica para comprobarlo. Una ecografía, aún siendo una estrategia indirecta, permite conocer el estado de desarrollo del feto. No he visto una campaña de desprestigio de las ecografías por ser servidoras del maligno.
3. ¿Gira Plutón alrededor del Sol?. Dado que ese viaje dura 249 años, ningún ser humano lo ha visto. De hecho este planeta fue descubierto en 1930, por lo que aún no ha dado un giro alrededor del Sol desde que fue descubierto. Entonces, ¿por qué decimos que gira alrededor del Sol?. Porque conocemos la mecánica que rige nuestro sistema solar, gracias a pruebas indirectas, no sólo de observación, sino de cálculos matemáticos. Desde que por fin Galileo venció la oposición de unos cuantos literalistas bíblicos no se ha vuelto a levantar la voz contra esta afirmación, a pesar de que este conocimiento es indirecto.
En resumen, la búsqueda de pruebas directas, basadas en la observación por el ojo humano es otra falacia más de los pseudocientíficos contra el conocimiento que la ciencia nos ha suministrado. Hoy contamos con gran cantidad de tecnología capaz de dar un cuerpo de evidencias experimentales para sustentar teorías científicas. Que se lo digan a los reos que cumplen condena por culpa de la medicina forense.
Descubierto el antepasado humano más primitivo mayo 20, 2009
Posted by Manuel in biologia, ciencia, creacionismo, diseño inteligente, divulgación científica, evolucion, geología, paleontología.Tags: evolucion humana, fósiles, primates, zoologia
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Hallan un ancestro de los primates de 47 millones de años de antigüedad
El Mundo Digital
Un equipo internacional de científicos acaba de presentar en Nueva York el ancestro más primitivo de los humanos y todos los primates modernos que se ha descubierto hasta ahora. Se trata de un prosimio relacionado con los antropoides, similar a lo lémures actuales, que vivió hace 47 millones de años en Grube Messel, cerca de Darmstadt (Alemania).
Los investigadores localizaron el 95% el esqueleto fosilizado de esta especie, 20 veces más antiguo que la mayoría de los restos relacionados con la evolución humana. En honor a Darwin, de cuyo nacimiento se cumplen este año dos siglos, y al lugar donde fue descubierto el fósil, la especie ha sido bautizada como Darwinius masillae.
El descubrimiento ha sido descrito por sus descubridores como «la octava maravilla del mundo», y consideran que su impacto en el mundo de la paleontología será algo así como «un asteroide caído en la Tierra» al considerar que se ha completado la búsqueda de una conexión directa entre los humanos y el resto del reino animal que inició Darwin con su Teoría del Origen de las Especies.
Según ha declarado el famoso naturalista y divulgador británico sir David Attenborough, Darwin «se habría emocionado» de haber visto el fósil porque expresa lo que el ser humano es y de dónde procede. «Esta pequeña criatura va a enseñarnos nuestra conexión con el resto de los mamíferos. Es el único que nos conecta directamente con ellos», añadió. «El eslabón que faltaba por fin se ha encontrado».
Gracias a lo completo que se encuentra, ha sido posible analizar y comprender la paleobiología de los primates del Eoceno como nunca se había conseguido hasta ahora. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en la revista PLoS ONE.
Ida, como ha sido bautizado este primitivo prosimio europeo, fue descubierto en 1983 por coleccionistas privados que fueron vendiéndolo en partes. Finalmente, pudieron recuperarse los restos y se inició la restauración, que se ha terminado ahora.
Su análisis ha revelado que se trataba de una hembra joven. Por sus manos y sus pies, y la disposición de los dedos, se sabe que era un primate. También se ha podido averiguar, por su tripa, que era un herbívoro que comía frutas, semillas y hojas. Cuando murió, Ida no tenía más de nueve meses.
Los investigadores, dirigidos por Jens L. Franzen, explican en su artículo que en el Eoceno, después de la extinción de los dinosaurios, comenzó a establecerse el modelo de mamíferos modernos que hoy conocemos, como los caballos, las ballenas y, cómo no, los primeros primates, que disfrutaban de un clima subtropical en Europa y buena parte de todo el planeta.
Ida carece de dos características anatómicas predominantes en los lemures: una especie de garra en formación en el segundo dígito del pie y una fila fundida de dientes en mitad de su quijada inferior. Además, el revestimiento de sus ojos es como el nuestro, por lo que quizás podían ver en tres dimensiones.
Como todos los primates, también tenía cinco dedos en cada mano, lo que era muy útil para subir a los árboles y recoger fruta, y unos brazos flexibles y cortos, como las piernas, y también como nuestra propia especie. Las radiografías han revelado que tenía una muñeca rota, fractura que pudo llevarla a una muerte temprana. En aquella época, el lago Messel se cubría a menudo de un gas de dióxido de carbono de origen volcánico, lo que hizo más difícil su supervivencia con un hueso roto.
Finalmente, se hundió en el agua, quedando atrapada en su parte inferior, donde unas condiciones únicas permitieron que sus restos se preservaran a lo largo de 47 millones de años.
«Este fósil va a obligarnos a reescribir nuestros conocimientos sobre la evolución temprana de los primates», ha asegurado el paleontólogo Jörg Habersetzer, del Instituto Senckenberg de Frankfurt (Alemania).
Me he tomado la libertad de copiar este cuestionario publicado por El PaleoFreak (enlace en el comentario #21):
¿Qué tipo de animal es el Darwinius masillae?
Un primate semejante a un lémur y, según los autores de su descripción científica, perteneciente al grupo extinto de los adapoides (Adapoidea).
¿Que tiene este fósil de extraordinario?
Es muy antiguo (de hace aproximadamente 47 millones de años) y está muy completo y exquisitamente preservado (puede estudiarse incluso la comida de su estómago). La mayor parte de los fósiles de primates antiguos están muy incompletos o simplemente son dientes.
Con este fósil ¿por fin se ha encontrado el famoso eslabón perdido?
No. En primer lugar la idea de que los científicos buscan un «eslabón» fundamental para la teoría evolutiva es un mito. Las especies fósiles no pueden colocarse en línea como si formaran una cadena; la estructura de parentesco entre los seres vivos tiene forma de árbol, y cuando los científicos sitúan los fósiles en una rama u otra no están buscando ninguna clave fundamental de la evolución, simplemente están elaborando una genealogía. En segundo lugar, el concepto de «eslabón perdido» se remonta a la época de Darwin y se refería al hipotético estadio evolutivo intermedio entre el hombre y los simios antropoides. Ese estadio intermedio ya hace mucho tiempo que se encontró cuando se descubrieron los fósiles de los australopitecos. El Darwinius es un animal mucho más primitivo y no encaja con ese concepto.
¿Es un ancestro del hombre?
No se puede saber, pero la probabilidad de que lo sea es bajísima. En general, salvo excepciones, la probabilidad de que un fósil concreto sea antepasado de un ser vivo actual es muy baja y por eso los paleontólogos serios suelen evitar usar los términos «ancestro» o «antepasado» en ese contexto.
¿Es «nuestro ancestro más antiguo», como aparece en el subtítulo de un libro y en varios titulares periodísticos?
No. Y no hay forma de salvar esa frase. Ni hay pruebas de que el Darwinius sea un ancestro de nadie, ni es «el más antiguo» entre las especies próximas a nuestra línea evolutiva. Se conocen fósiles de primates más antiguos, de mamíferos ancestrales muuucho más antiguos, de primitivos terápsidos, anfibios, peces e incluso proto-peces similares a gusanos, que también podrían ser ancestros nuestros si nos ponemos igual de optimistas.
Entonces ¿qué relación evolutiva tiene con el hombre y con los primates actuales?
Los dos grandes grupos de primates actuales son los estrepsirrinos (que tienen «hocico» húmedo tipo perro), y los haplorrinos (que tenemos una nariz «seca»). Entre los estrepsirrinos están los lémures, los gálagos, los loris, el aye aye. Entre los haplorrinos estamos los tarseros, los monos y los humanos. Pues bien, lo que los descubridores del Darwinius sostienen es que es un haplorrino, o sea, que está más emparentado con los monos que con los lémures, a pesar de que se parece bastante a un lémur. Sin embargo, esa conclusión es controvertida y el trabajo ha sido criticado por no incluir un análisis cladístico con el que sustentarla convenientemente.
¿Por qué no es simplemente un viejo lémur?
A pesar de su aspecto, los detalles de su anatomía parecen coincidir mejor con los de los adapoides. Los autores descartan la hipótesis de que sea un lémur o un pariente cercano de los lémures, por varias razones. Entre ellas, al Darwinius le faltan dos rasgos que han evolucionado en los estrepsirrinos (el grupo que incluye a los lémures). Esos dos rasgos están relacionados con el «aseo personal», y son el peine dental y la garra de aseo.
Dicen que revolucionará nuestra comprensión de la evolución humana…
Ya veremos. De momento no tiene ninguna pinta.
Entonces ¿qué puede decirnos el Darwinius sobre la evolución del hombre?
Específicamente, nada; está demasiado alejado de los humanos, tanto en tiempo como en morfología. Un chimpancé, por ejemplo, puede «decirnos» muchísimo más. Ahora bien, el Darwinius puede ayudar a responder la pregunta «¿de dónde vienen los monos?». Mejor dicho, puede ayudar a reconstruir el aspecto de los antepasados directos de los primeros monos. Y cualquier antepasado de todos los monos es también un lejano antepasado nuestro. Los autores sostienen que los adapoides (grupo al que pertenece el Darwinius) dieron origen a los antropoides (grupo de los monos, humanos, etc.). De nuevo, es una hipótesis controvertida y habrá que esperar otros estudios para ver si se afianza o se rechaza.
Todo eso es demasiado técnico. ¿No podría resumirse diciendo que es el eslabón perdido? Así la ciencia llega a más gente.
El problema es que los resúmenes no deben ser falsos. A la gente no le llegaría «la ciencia» sino una falsedad.
¿Es cierto que este fósil prueba o valida la teoría evolutiva?
La teoría evolutiva no es algo que necesite «probarse» o «validarse» con algún descubrimiento espectacular. La teoría lleva décadas poniéndose a prueba con experimentos, observaciones, y hallazgos biológicos y paleontológicos. El Darwinius no afecta a la teoría. Al insinuarlo se contribuye a mantener el prejuicio de que la teoría evolutiva es científicamente muy endeble, al igual que ocurre con el mito del eslabón perdido.
¿Por qué se ha dicho que el Darwinius enlaza al hombre con las vacas, las ovejas y el resto de los mamíferos?
Es una frase de David Attemborough en un documental sobre el hallazgo. No tengo ni idea de por qué dice o se le ha hecho decir eso. Hay acumuladas suficientes pruebas paleontológicas, anatómicas, genéticas, embriológicas, etc., como para que nuestra relación de parentesco con el resto de los mamíferos (y con el resto de los seres vivos) se considere un hecho científico desde hace más de un siglo. No se necesita un fósil de un viejo primate (además, hay fósiles de otros primates y pre-primates mas antiguos) para enlazar al hombre con las vacas. De nuevo, este tipo de afirmaciones parecen implicar que antes de conocerse el Darwinius faltaba ese supuesto enlace entre el hombre y otros animales. No le veo ningún sentido.
Si el descubrimiento es tan revolucionario ¿cómo es que no ha sido publicado en una revista científica de mayor prestigio como Nature o Science?
Al ser revistas muy rigurosas y selectivas, puede que hayan rechazado el artículo por no alcanzar el nivel científico exigido (ya hemos comentado que le falta un análisis cladístico que dé solidez a su hipótesis). Pero también podría ser que los autores no hayan intentado publicar en estas revistas, quizá para ir más rápido. La verdad es que no lo sé, pero probablemente acabará saliendo a la luz en los cotilleos blogosféricos.
¿Es cierto que este fósil va a cambiarlo todo?
Todo, no. Es posible que cambie un poquito de algo en el universo. Puede hacer progresar algunos campos de estudio en paleontología; la paleoecología y la filogenia de los primates por ejemplo. Sin embargo, es poco probable que los paleontólogos dedicados a los roedores, dinosaurios, trilobites, proboscídeos, foraminíferos, braquiópodos, homínidos, ammonites… necesiten ni siquiera saber de la existencia del Darwinius para continuar haciendo eficazmente su trabajo. Lo mismo puede decirse de los paleobotánicos, micropaleontólogos, bioestratígrafos… O de los oficinistas, carteros, informáticos, tenistas, granjeros, albañiles, físicos, charcuteros… Y, bueno, me atrevo a vaticinar que nuestras vidas, en casi todos los aspectos, van a continuar transcurriendo más o menos igual.
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